MÁS QUE EFEMÉRIDES, FERIADO EXTRA LARGO

Por Mónica Graciela López

Si Ud. es de los que aprovechó este feriado extra largo, tanto sea para descansar en su hogar, como para viajar o festejar en familia, el Día del Padre y no recuerda, por qué se elongó el fin de semana, le recordamos:

En primer lugar: el 17 de junio es feriado porque se conmemora la muerte de Don Martín Miguel de Güemes: uno de los generales que forman parte de nuestro “panteón de los héroes”.

En esa fecha de 1821, falleció Güemes que fue un caudillo popular, y resistió las invasiones realistas. Era salteño y estudió desde los 14 años la carrera militar, e ingresó a la Infantería. Combatió en la primera invasión inglesa y durante el período 1815 a 1821, fue designado gobernador de Salta y Jujuy. En ese sexenio enfrentó las tropas españolas que disputaban el territorio, al norte de. país.

Su resistencia en el actual noroeste argentino, estuvo combinada con los logros de San Martín, que derrotaba al mismo enemigo en Chile y Perú. La carrera militar de Güemes, es reivindicada por la Escuela de Gendarmería que lleva su nombre y otras fuerzas, como la Policía de Salta.

En 1817, Güemes descubrió las intenciones del mariscal de la Serna, de invadir con 5.000 hombres la ciudad de Salta. Ante la inminencia de estos hechos, preparó su fuerza, combinando la “guerra de guerrillas”, en su zona de influencia aunándola, con el poderío del pueblo salteño, que se encontraba cansado de guerras y penurias económicas.

Durante la etapa independentista, el pueblo salteño resistió nueve invasiones españolas. A tal punto llegó la resistencia, que no solo pelearon contra los realistas sino, también, contra la oligarquía salteña que lo oprimía. Sufrió las consecuencias de una tierra devastada por las guerras de la independencia y por la interrupción del comercio con el Alto Perú, única vía para la obtención de víveres.

Gracias a su coraje y espíritu libertario, Martín Miguel de Güemes conquistó al gauchaje y creó a “Los Infernales”, una tropa de soldados imbatibles que defendieron la frontera norte, cuando el ejército de San Martín fue a liberar Chile y Perú. «Los Infernales» frenaron en el norte siete invasiones realistas usando la táctica que fue conocida como «guerra de guerrillas», atacando sorpresivamente y dispersándose luego, en el monte.

El año 1821, significó para Güemes un año difícil. El Cabildo de Salta, dominado por los sectores conservadores y terratenientes, decidió deponerlo como gobernador con el apoyo de los realistas. Como respuesta, impulsó la “Guerra Gaucha” con un doble objetivo: derrotar a sus enemigos y recuperar el poder político, lo que finalmente logró.

El general Olañeta envió desde Yavi 600 infantes a las órdenes del coronel José María Valdés (alias el Barbarucho), quien marchó a Purmamarca. Desde allí, por senderos desiertos, rodeó la serranía de las Tres Cruces y del Nevado de Chañi, guiado por miembros de la familia española Archondo.

El 7 de junio tomó Salta, por sorpresa, en donde una de sus partidas logró herir a Güemes. Con su salud deteriorada, se reunió con los oficiales, les traspasó el mando y dio las indicaciones, lo que fue el freno en el norte del actual territorio argentino. Sin embargo, no logró ver su éxito, murió diez días después en la Cañada de la Horqueta.

Mario Lazarovic, director del Museo Histórico del Norte, describe al líder gaucho, como el líder de la contienda en el norte y del grupo de soldados gauchos que conformaron la base del Ejército de Güemes, que puestos a combatir contra el enemigo desplegaron sus vastos conocimientos. Güemes supo, además, trasladar el respeto de sus gauchos a los intereses de la Patria, a través de acciones solidarias con las viudas, huérfanos y necesitados, al compartir sus bienes.

Al General Martín Miguel de Güemes y sus heroicos gauchos les debemos haber podido conservar ese trozo tan querido de nuestro país que conforman las provincias de Salta y Jujuy.

“Yo no pretendo ni glorias, ni homenajes. Yo sólo trabajo por la libertad de mi Patria”. Gral. Martín Miguel de Güemes.

LOS INVITO A CANTAR EL HIMNO A GÜEMES.

En segundo lugar, el 20 de junio es feriado porque se conmemora el Día de la Bandera Argentina, en recuerdo del paso a la inmortalidad de su creador, el General Don Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, quien fue, sin duda, el hombre más polifacético de todos los patriotas, de nuestra gesta independentista.

Reconocer al Gral. Belgrano solamente como el creador de la bandera, es un reduccionismo histórico que no le rinde honores a la figura de este héroe.

Fue, ante todo, un educador gigante. Recordemos qué escribía, al respecto, en su Correo de Comercio, Periódico fundado en 1809: “¿Cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos?”

Y lo reafirmaba en estos términos: “¿Quién le ha dicho que esas virtudes son la justicia, la verdad, la buena fe, la decencia, la beneficencia, el espíritu, y que estas cualidades son tan necesarias al hombre como la razón de la que preceden? Ruboricémonos, pero digámoslo: nadie. (…) Nuestros lectores tal vez se fastidiarán con que le hablemos tanto de escuelas; pero que se convenzan de que existen en un país nuevo que necesita echar los fundamentos de su prosperidad perpetua y que aquellos para ser sólidos y permanentes es preciso que se compongan de las virtudes morales y sociales, que sólo pueden imprimirse bien, presentando a la juventud buenos ejemplos.”

No obstante, y siendo un hombre de letras, no dudó en tomar las armas, cuando nuestra tierra, ávida de libertad, lo necesitó para lograr nuestra independencia. Es por eso que cuando hablamos de él y sus funciones, podemos afirmar que se desempeñó como abogado, economista, periodista, político, diplomático y militar argentino de destacada actuación en el Alto Perú y en las actuales Argentina y Paraguay durante las dos primeras décadas del siglo XIX.

Actividades todas que cumplió con valor, hidalguía y entrega total, tanto liderando el ejército a las victorias de las batallas de Salta y Tucumán, como en el difícil momento del Éxodo Jujeño.

El broche de oro a sus acciones fue, sin duda, la creación de nuestra enseña patria, la que enarboló ante las Baterías Libertad e Independencia, a orillas del río Paraná, en la villa del Rosario, el 27 de febrero de 1812.

Murió en la pobreza, a pesar que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata, antes que él se comprometiera con la causa de la independencia.

El mismo día de su muerte pasó casi inadvertido, a causa a la crisis política desatada en el poder ejecutivo de la provincia de Buenos Aires, que se denominó Día de los tres gobernadores. El único diario que publicó la noticia fue «El Despertador Teofilantrópico», que era redactado por el fraile franciscano Francisco de Paula Castañeda.

Cumpliendo con su última voluntad, su cadáver fue amortajado con el hábito de los dominicos, como era costumbre entre los terciarios dominicos, de los que formaba parte y fue trasladado desde la casa paterna en la que murió (actual Avenida Belgrano, n.º 430), al Convento de Santo Domingo, recibiendo sepultura en un atrio. Como su familia no tenía dinero para hacer la lápida para su tumba, la misma se improvisó con el mármol de la cómoda de su hermano Miguel Belgrano.

Hoy en día, aquel olvido, fue subsanado. Argentina rinde homenajes sentidos y merecidos a Don Manuel Belgrano, no solamente el 20 de junio de cada año, sino a lo largo del calendario escolar, colocando su nombre a Escuelas, calles, Avenidas, Museos o Instituciones de variados objetivos y en cada Asociación Belgraniana de las ciudades argentinas, en las que se nuclean estudiosos de todas las edades, que no cesan de encontrar virtudes en la existencia de nuestro héroe.

“Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado” Dr. Manuel Belgrano.

YA AHORA… A CANTAR…