El Observador

San Lorenzo

15 DE MAYO – DÍA INTERNACIONAL DE LAS FAMILIAS

Por Mónica Graciela López

Fue declarado en 1993 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el fin de reflejar su importancia como unidad básica de la sociedad.

¿Pero, por qué dedicar un día a las familias, especialmente, en los establecimientos educativos?

Desde el punto de vista de la Sociología Criminal, el recién nacido es potencialmente apto para ser un criminal, un literato o un pastor, y nuestra Sociedad es potencialmente apta para desatar la guerra o para justificarla, como para otorgar el premio Nobel o para financiar la fabricación de armas.

El hecho que el bebé termine en criminal o no, depende de la dirección en que se modele su conducta, a través de la educación, que tiene leyes que deben aplicarse individual, grupal o socialmente como prevención, pero mantiene su base principal en el seno familiar.

La educación siempre ocurrirá en un complejo marco socioeconómico y sociopolítico, mas la cuestión es que, en igualdad de condiciones, es posible generar, programadamente, móviles secundarios éticos, o formar un súper Yo fuerte y resistente a las grandes contradicciones sociales, sin que ello implique abandonar la lucha moralizante por un mejoramiento de esas condiciones.

Un niño abandonado a su naturaleza, sobre todo sin nadie que lo alimente, perecería (según las teorías de Ferri), ya que la filogenia (herencia de la especie), en su forma fetal, constituye sólo un teclado sobre el que actúa el ambiente sociocultural. Una comprobación de estas teorías, la encontramos en los casos de niños criados por animales, ya que el caminar, el orinar, los movimientos oculares, de manos y brazos, se aprehenden, según Watson, incluso la risa, como respuesta al estímulo exterior, y no como estimulación intraorganísmica. O sea que la familia es el molde.

 

En resumen, el proceso de Socialización Familiar incluye la enseñanza, práctica y refuerzo de valores, significaciones y normas, así como de las conductas emitidas por los hijos en correspondencia con aquéllos.

La idea de reflexionar sobre esa función de la familia es recuperar la importancia y responsabilidad familiar. Esta institución ha variado en los últimos tiempos (aproximadamente 200 años). Pero actualmente, luego de haber hablado del determinismo genético, ya sabemos que existe epigenética, es decir, los cambios que activan o inactivan los genes sin cambiar la secuencia del ADN, a causa de la edad y la exposición a factores ambientales (alimentación, ejercicio, medicamentos y sustancias químicas). Esto es lo que antes denominábamos fenotipo, por contraposición al genotipo. El genotipo es el mapa genético, el fenotipo, la expresión del mapa según el lugar en que vive alguien, la familia a que pertenece, o su nacionalidad. En los 80 y 90 eso se comprobó con la crianza de gemelos univitelinos (de ADN idénticos), adoptados por familias diferentes en distintos lugares del mundo.

Es por ello que cobra aún más relevancia la función de la actuación del grupo familiar y si este es nuclear (los padres y los hijos solamente) o extendida (cuando incluye los abuelos, tíos, primos, etc.).

Sabemos que la familia enfrenta una crisis, desde hace décadas. Si analizamos la evolución del modelo familiar de los últimos tiempos, vemos que la fábrica «se llevó», primero al hombre, y luego a la mujer a su seno, con varias consecuencias: 1º) La familia pasó de ser una unidad productiva a ser una unidad de consumo; 2º) la autoridad paterna, se redujo considerablemente; 3º) los problemas económicos que alejaron a la madre de su hogar, la llevaron a un menor control de los hijos y a una reducción en su convivencia tradicional hogareña; 4º) la gran familia fue sustituida por el pequeño grupo familiar (familia nuclear); 5º) la educación familiar se fue resintiendo, agigantándose el papel de otros vehículos como la TV, la radio, los grupos callejeros, la escuela, internet, etc., comenzando con el jardín de infantes.

A raíz de ello afloraron: 1º) la crisis del modelamiento familiar: 2º) la pérdida de autoridad paterna; 3º) la desobediencia juvenil; 4º) la moralidad en conflicto (padres-hijos-medio); 5º) la desorganización conductual y la carencia de valores, normas y significaciones compartidos; 6º) las riñas familiares; 7º) las perturbaciones psicológicas en los niños y también en sus padres; 8º) el auge del divorcio; 9º) la proliferación de vidas paralelas.

En fin, la familia de hoy, con respecto a la de la época colonial, ha caducado en sus funciones económicas, educativas, religiosas, y protectoras, que fueron transferidas al Estado, a la Iglesia, a la escuela y a la industria.

 

Por otro lado, la realización de cada uno de nosotros como persona, atraviesa tres etapas: la maduración, el aprendizaje individual y el aprendizaje sociocultural. El aprendizaje que, en su tipo individual, implica imitación social o grupal o interpersonal, se articula con la maduración individual y con la educación sociocultural; la última ya no se produce sólo por imitación y experiencia individual, sino que requiere la acción directa e intencional por medio de la enseñanza, por ello en esta fase el ejemplo y los tipos de aprobación y desaprobación adecuados son fundamentales, y es lo que va advirtiendo a los padres educadores, para el seguimiento y modificación eventual de ciertos rumbos.

La separación del infante de su padre y hasta de su madre, la mayor parte del día, si bien no es determinante, favorece toda clase de desórdenes de conducta.

Además, si bien no hay pruebas que la desmembración de la familia tenga una incidencia directa sobre la criminalidad, también es cierto que, en una familia incompleta, no pueden seguirse sistemática y continuadamente los modelamientos de la conducta de los niños. El cimiento sobre el que descansa el futuro de un ser humano, como tal, está constituido por estructuras impulsivo motivacionales, formadas por la educación postnatal, que dan sentido y dirección a las pautas hereditarias.

En su aprendizaje familiar, individual y sociocultural, el niño va analizando (siguiendo leyes de refuerzo), todas las relaciones causales que son significativas, y las consecuencias de su propia conducta: cuál es aprobada y elogiada (refuerzo positivo), cuál es desaprobada o castigada (refuerzo negativo), cuando cesa de ser desaprobada (refuerzo positivo por retiro del aversivo), o de ser aprobada (refuerzo negativo por retiro del positivo).

La cuestión no es ejercer violencia física, sino todo lo contrario. Hay que entender que no es verdad que todos los progenitores de los siglos anteriores, castigaban en forma despiadada a sus hijos. La educación a través de los estímulos, es mucho más efectiva y no necesita de dinero, hay que ser creativos. Por ejemplo; crear una pequeña libreta con recompensas como abrazos, besos o paseos a la plaza barrial, a fin de realizar los refuerzos positivos.

También el niño y el joven observan la correspondencia de las señales y refuerzos en la conducta de los mayores, en este punto es muy nocivo el efecto que produce la publicidad que recibe la impunidad de los comportamientos delictivos de los adultos.

En fin, el joven es producto de una educación familiar, y de una pluralidad de agentes de socialización, pero el modelamiento familiar es lo que forma estructuras filtro o basales, que conforman la disposición aprehendida, con direccionalidad y sentido, por oposición a la predisposición genética, sobre la que aquélla actúa.

Por eso, todo aquello que debilite el modelo familiar, la autoridad paterna, la unión conyugal y la estabilidad de la familia, deteriora la enseñanza del hogar, y dan experiencias ambivalentes y un vacío en la educación sociocultural primaria de tipo sostenido, coherente y autocorrectiva.

Muchos piensan que es el Estado el encargado de sustituir el rol del modelamiento familiar y la prevención, cuando, en realidad, a éste le compete sólo apuntalar la familia. De hecho, las estadísticas muestran un mayor índice de criminalidad entre hijos de divorciados, separados y huérfanos y las sociopatías más severas, tienen relación con los hogares destruidos.

Otros estudios demuestran que la pobreza y la vivienda precaria o su carencia, se correlacionan con el mayor índice de criminalidad y violencia, pero ello obedece a las mismas leyes. En los países desarrollados el Estado atempera la pobreza, pero en los países subdesarrollados, familias enteras terminan en la desnutrición, la enfermedad física y mental y la marginación. Nuestro país no escapa a este flagelo que, en la actualidad, ha sido motivo de extensas notas en los medios de comunicación.

Al respecto, la Escuela de Sociología Criminal de Chicago, correlaciona directamente la violencia y el delito con la descomposición familiar y el abandono, y la crisis o transición de una sociedad, concluyendo que las áreas afectadas se veían atrapadas por una red de normas, valores y hechos que reforzaban la conducta criminal.

Más y más familias enfrentan, tardíamente, el descontrol de la conducta de sus hijos, cuando estos ya han incurrido en comportamientos delictivos.

 

La falencia, tal como lo expusimos, no es sólo achacable a cada familia en particular, sino a instituciones estatales que, deben desarrollar su tarea docente, en especial sobre el tema de la violencia, para derribar mitos tales como “una cachetada a tiempo es mejor que nada”, que naturaliza el abuso físico de padres y educadores, a los niños y adolescentes, como método pedagógico.

Desde los medios masivos de comunicación, aun los privados, existe una parte de responsabilidad, porque desde ellos se puede difundir la concepción adecuada, respecto del daño que se produce en la víctima de maltrato, tanto psicológico como físico.

No debemos olvidar que, al realizar diagnóstico social, hoy ya no se utilizan los modelos unicausales, como el Sociológico, o el Psicológico-Psiquiátrico. Lo correcto, será, usar modelos como el ecológico, que tiene un diseño en que se toman en cuenta todos los factores que realmente intervienen en la “formación” de los seres humanos, desde sus progenitores, con sus historias socioculturales, hasta el colegio, el club de deportes, el barrio, incluyendo el momento histórico político, que le toca vivir, verbigracia.

También podríamos hacer el diagnóstico en base al modelo del Procesamiento de la Información, en el cual se consideran, tanto los aspectos negativos que rodean al individuo, como los compensadores, para evaluar, cuán nocivos serán los efectos en su totalidad.

En definitiva: UNA FAMILIA (SIN IMPORTAR SU FORMATO), ES ASIMILABLE AL NIDO DEL HORNERO, EL JOVEN PODRÁ SALIR DE ALLÍ CUANDO YA SE SIENTA UN ADULTO. LOS VALORES DEBEN REFORZAR LA VIDA DE ESTOS ADULTOS Y LAS PUERTAS DE LA FAMILIA DEBERÍAN PERMANECER ABIERTAS TANTO PARA FESTEJAR LAS METAS ALCANZADAS COMO PARA COMPARTIR LOS DUELOS POR LAS PÉRDIDAS.

POR ESO, EN ESTE DÍA DE LAS FAMILIAS, RECUERDA VALORAR Y FESTEJAR LA TUYA. NO IMPORTA SI ES GRANDE O ALGO REDUCIDA. TEN EN CUENTA, TAMBIÉN, LA INCORPORACIÓN DE AQUELLOS QUE ESTÁN SOLOS, ELLO SUMARÁ Y ENRIQUECERÁ TU GRUPO.

LA FAMILIA ES EL ABRIGO PERMANENTE ANTE CUALQUIER VICISITUD.

 

https://www.youtube.com/watch?v=6l5A8_WWKC4

FUENTE: Evaluación Final presentada ante el Centro de Desarrollo Integral para la Familia y la Mujer (CEDEIFAM), dentro del VII Curso de Capacitación para la Prevención de Violencia Familiar y Escolar, por Mónica Graciela López.

TIEGHI, Osvaldo N., Tratado de Criminología.