El Observador

San Lorenzo

NO MIRAMOS… NO MIRAMOS BIEN…

Por el Dr. Alfredo Martín Oliveras

            No miramos, no miramos bien y, por eso, nos pasan las cosas que nos pasan. No miramos que un país, al borde del fracaso institucional, anestesió su inteligencia por la pasión, como era saludable y esperable, durante un mes y, ahora, somos campeones del mundo, otra vez.

No miramos que repetir infinitesimalmente las imágenes y sucesos de la muerte de un muchacho, en manos de un grupo de vándalos y los llamamos rugbiers asesinos…

No miramos que, por opiniones, el Estado Argentino no quiere cumplir un fallo de la Corte Suprema, y eso desató o amenaza con abrir algo así como la caja de Pandora de la política vernácula.

No miramos lo que ganamos, especialmente los que podemos, lo que está provocando esta inflación demencial, y la cantidad de personas que no puede ni comer. En esas cosas no miramos. Porque por hambre en 1789, la Toma de la Bastilla, se llevó puesta la Monarquía borbónica y las cabezas de muchos nobles, por la auto convocatoria de muchos menos de los que recibieron a los recientes campeones del mundo, aquí en la Panamericana. Y después, a los Jefes de esa llamada Revolución Francesa, Danton y Robespierre, les cortaron la cabeza, con el único invento que funcionó, la guillotina.

Difundimos entretelas de un juicio necesario, a homicidas crueles en Villa Gesell, de Fernando Báez Sosa y, en vez de condenarlos, los motejamos Rugbiers, como si la práctica deportiva de esa noble actividad, el Rugby, fuera la causante excluyente de esa pulsión asesina.

No analizamos que incumplir con sentencias judiciales es ilegal y diluyente institucionalmente, en especial si esta sentencia la dictó el último Tribunal. Esa falta de atención al mirar, parece que nos impide reflexionar de cuál es la situación y cuales sus perpetradores, porque no nos gusta lo que vemos, porque no nos damos cuenta, porque bailamos en la cubierta del Titanic de pacotilla en que se transformó la Argentina.

Ahora, digo. ¿Esta dorada tierra que salvó su identidad como símbolo de la independencia, de la riqueza natural y cuna de prohombres, se va a ir a la mierda (perdón el vulgarismo) por atorrantes, irresponsables e incapaces, por su rapacidad y angustia por su ambición vacía o porque son hijos de los brujos del milenio, esto nos va a pasar?

Si esto es así, no pidamos milagros, estamos a las puertas del infierno, del que salimos una vez y ya nos salvaron. Hoy… Ya no habrá nada que evite que volvamos al séptimo anillo, el que Dante reservó en su Divina Comedia a los traidores… Porque hemos traicionado nuestra única responsabilidad.

Hijos y nietos nos están mirando y se preguntan: ¿qué hacemos al borde del precipicio? ¿a dónde los vamos a arrastrar?

COLOFÓN: A PESAR DE TODO, ARGENTINA ES EL MEJOR PAÍS DEL MUNDO PARA VIVIR, SÓLO ES CUESTIÓN DE DESCUBRIRLO, ESTUDIAR Y TRABAJAR, ESFORZADAMENTE Y ENCONTRAR ESE ESPACIO ÚNICO DONDE VIVIR «LA» FELICIDAD.

Todos juntos, festejando… ¿Unidos?… ¿Mirándonos a los ojos empáticamente?…

Argentina lo tiene todo para ser grande en todos los sentidos.

ASÍ TRABAJAMOS LOS ARGENTINOS, HASTA EN EL PUNTO MÁS EXTREMO, CUANDO MIRAMOS Y NOS MIRAMOS.